jueves, 12 de septiembre de 2013

Iniciativa de reforma hacendaria


El día 8 de septiembre, el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, entregó al Congreso de la Unión el paquete económico para 2014 y la iniciativa de reforma hacendaria del Gobierno Federal. Dicha iniciativa está claramente situada a la izquierda del espectro político, evidencia de esto es su enfoque social, concretamente la inclusión de una pensión universal y un seguro de desempleo, así como nuevos impuestos destinados a redistribuir el ingreso y la eliminación de regímenes preferenciales. Quizás la evidencia más clara de que el Ejecutivo ha decidido inclinarse a la izquierda es que el PAN hizo patente su rechazo a la iniciativa inmediatamente.  

En términos políticos, lo más relevante de esta iniciativa no es lo que contempla sino lo que deja fuera, con esto me refiero al cobro de IVA a alimentos y medicinas, sin duda el tema más controversial en materia fiscal en los últimos años. Hay quienes argumentan que la generalización del IVA es algo positivo dado que, por su carácter de impuesto al consumo, es la única herramienta con la que cuenta el Estado para cobrar impuestos a quienes trabajan en la informalidad. En contra de la aplicación de este gravamen están quienes opinan que sería un golpe devastador a las clases bajas, a ese 51% de la población que vive en pobreza y gasta arriba del 40% de su ingreso en alimentos. A fin de cuentas, el gobierno ha decidido posponer esta medida (porque eventualmente alguien tendrá que asumir el costo político de promoverla) a pesar de que la OCDE la ha defendido como estímulo para el crecimiento económico.[1]

De lo que sí está contenido en la iniciativa del Presidente, lo más destacado es probablemente el aumento de 2% al ISR para quienes perciben un salario de más de 500 mil pesos anuales. Con este incremento el porcentaje queda en 32%. Ya había expresado en este mismo espacio que aumentar los porcentajes o agregar deciles a la escala (que habría sido lo ideal) es una de las mejores formas de redistribuir el ingreso. En mi opinión este aumento va en la dirección correcta pero no es suficiente, en Estados Unidos el porcentaje que corresponde al decil más alto de ingresos es de 39.6%[2] y aún hay quienes argumentan en ese país que no es suficiente para combatir la desigualdad.

La iniciativa contempla también cobrar IVA a colegiaturas (medida que ha sido recibida con rotundo rechazo incluso dentro del PRI, es muy probable que sea eliminada de la reforma), bebidas azucaradas (con el argumento de que además de recaudar ataca el problema de obesidad en el país), chicles y alimento para mascotas. Sobre este último he visto reacciones negativas en el sentido de que poseer una mascota no debe considerarse un lujo. No estoy de acuerdo, si pensamos en términos de necesidades de toda la población (que es lo que un buen secretario de Hacienda debe hacer) es claro que el alimento para mascotas no es de ninguna forma un producto esencial, es desde ese punto de vista un lujo, así como los chicles que al no ser un alimento sí deben estar sujetos al IVA. Sin embargo, haciendo eco de los reclamos de los “defensores de los animales” creo que el gobierno debe hacer algo para resolver el problema de los cientos de miles de perros y gatos abandonados en las calles que, además de ser una amenaza para la salubridad, son producto de la cría irresponsable. En este sentido creo que podría proponerse una exención en el pago de IVA en alimentos para animales a los refugios que comprueben que su labor es efectiva y sin fines de lucro. Habrá que turnar esto a SEMARNAT, pero en cuanto a particulares lo siento pero tener una mascota sí debe considerarse un lujo.

La reforma contempla también homogeneizar el cobro de IVA en todo el territorio nacional ya que actualmente en los estados fronterizos es de 11%. Argumentos a favor: Esta diferencia profundiza las desigualdades, no hay justificación para que quienes menos tienen en estados como Oaxaca paguen más que quienes viven en Chihuahua o Baja California. En contra está la perspectiva de que quienes viven cerca de la frontera con Estados Unidos hagan sus compras allá, generando pérdidas para establecimientos mexicanos.

La crítica principal contra la reforma que propone Peña Nieto es que impacta a la clase media y no busca ampliar la base de recaudación. Si bien es cierto que el pacto fiscal en México no funciona como debería, es muy complejo generar los incentivos para que la gente abandone la informalidad. Por lo pronto esta reforma propone un régimen de incorporación fiscal por medio del cual quienes deseen incorporarse al mercado formal, durante el primer año sólo deberán declarar sus ingresos, no se les cobrará nada, y progresivamente se les irá gravando de manera que eventualmente alcancen el mismo porcentaje que todos los demás, obteniendo así acceso a la seguridad social.

Finalmente, se proponen dos medidas que tendrán un impacto en las clases más altas: se acotan los regímenes preferenciales como el régimen de consolidación que actualmente permite a un conglomerado de empresas presentar una declaración conjunta evadiendo así su responsabilidad fiscal, y se propone un impuesto de 10% a las utilidades obtenidas en la bolsa de valores. ¿Es suficiente? Probablemente no pero tampoco puede decirse que no se hace nada para cobrar impuestos a quienes más tienen.

Es una reforma poco ambiciosa, a pesar de lo que diga el gobierno, pero va en el sentido correcto. Hay que entender que como cualquier otro intento de cambiar el statu quo, reformar la Constitución implica negociar y conceder. Hasta ahora el Presidente ha sido flexible en cuanto a su plan de gobierno en aras de sostener el Pacto por México, ya veremos si su apuesta funciona pero por lo pronto hemos podido superar la parálisis legislativa de los últimos años y hay buenas perspectivas para el futuro. 







[1] “Sugiere OCDE cobrar IVA en alimentos y medicinas” http://www.eluniversal.com.mx/notas/923547.html


[2] Los impuestos sobre la renta de las personas en los Estados Unidos, http://comercioexterior.banesto.es/es/elija-su-mercado-objetivo/perfiles-de-paises/estados-unidos/impuestos-sobre-la-renta

miércoles, 14 de agosto de 2013

Iniciativa de reforma energética


El Presidente Peña Nieto presentó el lunes su iniciativa de reforma energética que, como era de esperarse, es un punto medio entre lo que presentó Acción Nacional hace unas semanas y lo que ha venido diciendo la izquierda en los últimos años. El PRD presentará su iniciativa la próxima semana pero no se necesita ser adivino para saber que de inversión privada no habrá nada.

La propuesta del Presidente contempla cambios a los artículos 27 y 28 de la Constitución para retomar “palabra por palabra” las reformas del General Lázaro Cárdenas (guiño a los perredistas más moderados y a la corriente de izquierda dentro del mismo PRI) permitiendo así la participación de la iniciativa privada en toda la cadena de valor de los hidrocarburos en los términos que al Estado convenga.

Fragmento de la redacción actual del artículo 27 constitucional:

“TRATANDOSE DEL PETROLEO Y DE LOS CARBUROS DE HIDROGENO SOLIDOS, LIQUIDOS O GASEOSOS O DE MINERALES RADIOACTIVOS, NO SE OTORGARAN CONCESIONES NI CONTRATOS, NI SUBSISTIRAN LOS QUE EN SU CASO SE HAYAN OTORGADO” [1]

Aquí la redacción del párrafo sexto del artículo 27 publicado en el Diario Oficial de la Federación el 9 de noviembre de 1940 y que estuvo vigente hasta 1960:

“Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos no se expedirán concesiones y la Ley Reglamentaria respectiva determinará la forma en que la Nación llevará a cabo las explotaciones de esos productos.” [2]

Se pretende retomar esta redacción para permitir al Estado celebrar contratos (no otorgar concesiones) con particulares para la extracción de gas y petróleo.

El otro artículo que la iniciativa pretende reformar es el 28, la modificación que se propone permitirá la participación del sector privado en el resto de la cadena de valor, particularmente lo tocante a la petroquímica. Este artículo denomina a la petroquímica básica como “área estratégica del Estado” por tanto cerrada a la participación de privados, al sustraer de dicha clasificación todo lo referente al procesamiento de gas natural, la refinación del petróleo, así como el transporte, almacenamiento, distribución y comercialización de dichos productos y sus derivados, podrá haber participación de capital privado también en estos sectores.

La figura jurídica que el gobierno propone son los “contratos de utilidad compartida”. La palabra clave aquí es utilidad, países como Brasil y Colombia emplean tres modalidades de contratos con particulares, de producción compartida, de concesiones y de utilidad compartida. La principal diferencia entre estas es que la última modalidad es la única que garantiza que el Estado sea el único dueño del petróleo durante todo el proceso, los particulares reciben un margen de las utilidades tras la venta del petróleo pero nunca tienen derechos sobre éste, se les paga en efectivo, no en especie. Esta modalidad permite al Estado tener más control sobre los hidrocarburos al tiempo que comparte el riesgo con los particulares. Es importante destacar en qué consiste este “riesgo”. Abrir un pozo en aguas profundas (donde puede haber o no petróleo, el porcentaje de éxito es de menos de 50%) tiene un costo de alrededor de 200 millones de dólares. Actualmente PEMEX es quien asume este riesgo, permitir la entrada de inversión privada aligerará la carga para la paraestatal permitiéndole explotar más, incrementando su producción y aumentando así la renta petrolera.

Queda la impresión de que el Presidente podría haber arriesgado más con esta iniciativa, si bien es un gran avance para México y pone sobre la mesa un tema que históricamente ha sido tabú para los mexicanos, podría haber incorporado otras modalidades de asociación con particulares así como modificaciones al Consejo de Administración de PEMEX que actualmente incluye a cinco miembros del sindicato petrolero, agrupación presidida por el infame Carlos Romero Deschamps.

Lo bueno: la apertura de PEMEX a la inversión privada.

Lo malo: en todo el documento no se menciona la palabra corrupción. PEMEX está sobresaturada, mal administrada y subyugada por el sindicato. Ni Shell ni Exxon ni ninguna otra van a venir a resolver eso por nosotros, eso le toca al gobierno.

 



[1] Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/28.htm?s=
 
[2] Iniciativa de decreto por el que se reforman los artículos 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, http://presidencia.gob.mx/reformaenergetica/assets/descargas/Reforma_Energetica.pdf?d5cae4a308cdfb6f9d16325c3162697d