jueves, 31 de mayo de 2012

Bondades y peligros del #YoSoy132


La aparición inesperada del movimiento #YoSoy132  es sin duda lo mejor que ha pasado con la sociedad civil en México desde hace mucho tiempo (junto con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad de Javier Sicilia). Ha sacudido las preferencias electorales y los ánimos de decenas de miles, ha logrado también que medios internacionales volteen a ver a la juventud mexicana que después de décadas levanta la mano, y ha logrado concesiones de parte del duopolio televisivo en el tema de la transmisión de debates en cadena nacional. Todo esto, debo confesar, me llenó de emoción a un principio. La posibilidad de que una sociedad tan individualista como la nuestra se uniera en un movimiento que figure junto con los “Indignados” españoles, los “Occupiers” estadounidenses o los miles de jóvenes que por medio de protestas cambiaron la estructura política de Medio Oriente, generó en quienes vimos nacer el movimiento un fervor que nunca habíamos experimentado. Sin embargo, con el paso de los días –en mi caso por lo menos–, la emoción ha cedido. Si bien comparto y seguiré aplaudiendo y apoyando muchas de las metas que el movimiento ha planteado, he decidido (usando la palabra de moda entre políticos) deslindarme de ciertos aspectos o de ciertas corrientes que considero han dañado el espíritu estudiantil y apartidista del #YoSoy132, mismas que explicaré a continuación.

El día 29 de mayo, se reunieron en Ciudad Universitaria alrededor de 7,000 simpatizantes del movimiento, entre los cuales había representantes de 35 universidades (públicas, privadas, nacionales y extranjeras). Se le llamó “Asamblea General de Universitarios” a este encuentro que tenía como meta definir propuestas y acciones del movimiento. Después de horas de deliberación, se delineó una agenda, de la cual se desprenden estos puntos (entre muchos otros):

*Contra la manipulación mediática. Este punto me parece clave y apunta a la causa original de descontento entre quienes estuvimos en la Ibero el “viernes negro” y descubrimos a los medios contando una historia distinta a lo ocurrido. Ha habido avances en materia de cobertura de eventos electorales de parte de las televisoras (incluidos eventos de campaña, protestas estudiantiles y el segundo debate presidencial que se llevará a cabo el 10 de junio) gracias a las marchas y la difusión de videos del movimiento. No es poca cosa lo que se ha logrado y se debe seguir por el mismo camino, me sumo a las consignas en este sentido y creo que la presión a las televisoras no debe cesar y deben incluirse otros medios como los diarios de la Organización Editorial Mexicana, que como todos pudimos constatar el sábado 12 de mayo, manipularon completamente la información beneficiando en este caso al candidato priista. La progresiva apertura y eventual imparcialidad de los medios es el mejor legado que podría dejar el #YoSoy132. Me uno a los estudiantes del ITAM que en su propia asamblea decidieron mantenerse en el movimiento y defender la democratización de los medios pero no asumir la posición descrita en el siguiente punto:

*Contra la imposición de EPN Aquí es donde empiezo a diferir con un amplio sector de quienes componen el #YoSoy132. Esto no significa que apoye al candidato mexiquense, cuyo proyecto no me parece el más adecuado, lo que significa es que no concuerdo con la idea de “imposición”. México es un país democrático en el que el voto es debidamente contabilizado y vale. Aducir un fraude electoral en la pasada elección, sin presentar pruebas, es especular. A partir de ahí, de la especulación y la insatisfacción, quienes apoyan al candidato que quedó en segundo lugar en 2006 aseguran que en una democracia efectiva como la mexicana, Televisa o el PRI pueden imponer un presidente. Eso es tomar partido. ¿Dónde quedó el carácter apartidista del movimiento? Los medios influyen y manipulan, generan percepción pero no otorgan la banda presidencial, eso lo hacemos los ciudadanos con nuestro voto. Los tiempos del dedazo se acabaron y no debemos demeritar lo que se ha logrado con la fundación del Instituto Federal Electoral, organismo independiente de la voluntad de cualquier partido. #YoSoy132 debería ser un movimiento que preserve la democracia en este país, no que descalifique de la contienda a un candidato, por malo que sea. Quiero dejar claro que son algunos de los participantes del movimiento los que toman estas posturas, no critico al grueso de los involucrados. Y es a ellos a quienes me dirijo cuando escribo lo siguiente: Escuché en la marcha que partió de la Estela de Luz, en repetidas ocasiones, la siguiente consigna: “Si hay imposición, habrá revolución” la postura de estas personas, según entiendo (no cito a nadie), es que si el ganador de la contienda es Enrique Peña Nieto, desconocerán el resultado nuevamente e instaurarán la segunda república legítima. Es irónico que aquellos que se llenan la boca con palabras como “democracia” pequen de antidemocráticos al dar por descontado que no hay forma de que el candidato priista gane con el voto de los mexicanos. Es tan posible (no hablemos de probable porque no hay encuesta que satisfaga a todos) que gane la elección Enrique Peña Nieto, como Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador o Gabriel Quadri.

Este movimiento civil –como cualquier otro– debe apuntar a ser observador electoral y denunciar cualquier abuso a la autoridad competente: el IFE (única institución que tiene como facultad descalificar a un contendiente), no a calificar la elección. Un movimiento ciudadano no tiene la atribución, porque no debería tenerla nadie más que la autoridad creada para eso, de dar por válido o no un resultado.

El movimiento irá en la dirección en que lo guíe la mayoría, a mí en lo personal me preocupa el tono de ciertas consignas e incluso amenazas como la siguiente:

“llamar a una huelga general, en caso de ocurrir lo que llamaron “una imposición del Presidente”.[1]

Utilizar a la Universidad Nacional como chantaje en una contienda electoral me parece muy peligroso. Lo que más necesita México es educación, no importa quién sea presidente. Les imploro, como estudiante, como aliado en la búsqueda de la democratización de los medios y la participación de los jóvenes en la esfera pública, que no tomen de rehén a una institución educativa. Si lo hacen, ¿Qué diferencia habrá entre ustedes y Elba Esther Gordillo o los maestros paristas de Oaxaca? Es importante la congruencia.

Hay que entender que al final, los presidentes sólo duran seis años. La educación es irremplazable y es lo que más le urge a México.









[1] http://www.animalpolitico.com/2012/05/comienza-la-asamblea-general-de-universitarios-de-yo-soy-132-en-la-unam/

jueves, 24 de mayo de 2012

La Marcha #YoSoy132

Tras la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana –evento que abordé en este mismo espacio–, surgieron descalificaciones en contra de los estudiantes de esa institución: se les acusó de no pertenecer a la misma, de estar entrenados por el candidato del PRD, entre otras cosas. En respuesta a dichos señalamientos, un grupo de alumnos grabó y difundió un video en el que credencial en mano revelan su nombre y número de cuenta. Todo esto para dejar en claro que si el candidato priísta pasó un “viernes negro” en las instalaciones de la Ibero, fue por la convicción crítica de los alumnos, no por factores o influencias provenientes del exterior. El video, que ha sido ampliamente difundido por redes sociales, se titula “131 alumnos de la Ibero responden” y puede ser consultado aquí: (http://www.youtube.com/watch?v=P7XbocXsFkI&feature=player_embedded)

El video y la valentía de quienes ahí aparecen, generaron muestras de solidaridad de parte de otros estudiantes, primero de universidades privadas (Anáhuac, ITAM y Tec de Monterrey), y posteriormente de la Universidad Nacional y el Politécnico. Así surgió el movimiento #YoSoy132, que apunta a generar un cambio en la cobertura que dan los medios a las campañas electorales. Tiene como objetivo principal promover la democratización de los contenidos mediáticos, de manera que no se creen percepciones que redunden en una ventaja para unos u otros. Está claro que ser objetivo y veraz no se limita a asignarle la misma duración o longitud a las notas de los cuatro candidatos, implica también evitar la omisión de datos que tergiversa las cosas e induce a la audiencia a favorecer al candidato que la televisora o el diario decida “cuidar”.

El movimiento convocó a una marcha el día de ayer en la controversial Estela de Luz (monumento construido con motivo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución) en Paseo de la Reforma. La cita –a la que confirmaron miles de estudiantes de todas las universidades del D.F. vía Facebook– se fijó a las seis de la tarde. Llegué a las cinco y ya había varias docenas de personas, en su mayoría estudiantes, esperando en los alrededores del monumento.
Preparaban mantas y carteles, algunos fueron más allá y armaron pequeñas televisiones de cartón que usarían como cascos. Una joven congregaba a una multitud de fotógrafos a su alrededor mientras entonaba –acompañada sólo de una guitarra– “Exijo más educación…quieren embrutecernos con la televisión” y arrancaba aplausos de la creciente audiencia.
A las 5:20 ya se contaban en cientos los asistentes. Se escuchaban “goyas” y consignas como “Ibero aguanta, el Poli se levanta”, el ambiente era definitivamente universitario. Pasaban los minutos y descubría con gusto que,  en apego a los objetivos y lineamientos delineados en el cartel de la marcha, aquí la liga: (http://yosoy132.mx/), ninguno de los asistentes se expresaba a favor de algún partido o candidato, a todos parecía quedarles claro que el movimiento era de carácter apartidista. El gusto se convirtió en decepción cuando noté que a una veintena de jóvenes les habían repartido ejemplares de La Fuerza del Sol, el quincenario del PRD en el Distrito Federal.
Me dediqué a buscar al repartidor para cuestionarlo, lo encontré a los alrededores del monumento repartiendo ejemplares a los recién llegados y me acerqué a hablar con él.
–¿Quién te paga? –le pregunté
–Umm, no nadie, lo hago por amor al arte –respondió empezando a incomodarse.
–¿Repartes propaganda gratis entonces? –Se quedó callado y me entregó un ejemplar. Sólo tuve tiempo de examinar la portada cuando me interrumpió para pedir una cooperación –Apóyame con una moneda –me dijo, le respondí que no traía cambio y rápidamente me arrebató el diario que “por amor” repartía en un evento estudiantil y apartidista. Me alejé unos metros y claramente preocupado u ofendido se acercó a una “colaboradora” que cargaba no menos de 50 ejemplares. –Ése –exclamó mientras me apuntaba con el dedo. Esbocé una sonrisa y continué mi recorrido. Era ingenuo pensar que los partidos, en este caso el PRD, no fueran a lucrar con un evento de esta magnitud.

A las seis en punto la Estela de Luz y sus alrededores estaban completamente abarrotados. Se dice que asistieron alrededor de 15,000 personas, entre las cuales se encontraba el poeta Javier Sicilia del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
“Ibero aguanta, el pueblo se levanta” y “No somos porros, somos estudiantes” eran las consignas más populares.  Fue alrededor de media hora el tiempo que duraron las protestas enfocadas en el objetivo original, lo que se refiere a los medios y su cobertura. A partir de las 6:30, el contingente se movilizó hacia la glorieta del Ángel de la Independencia y las protestas cambiaron. Enrique Peña Nieto y Elba Esther Gordillo se convirtieron en el objetivo: “Aquí se ve, aquí se ve, que Peña Nieto presidente no va a ser”, “El que no brinque es Peña” y “Elba Esther, Elba Esther tú también vas a caer” exclamaban miles al unísono. El plan era mantenerse en la banqueta para no alterar la circulación sobre Reforma, pero rápidamente se adueñaron de los dos carriles en sentido oriente. Los autos que circulaban del lado opuesto expresaban su apoyo con gritos, pulgares arriba y el sonido de sus claxons.

Al llegar al Ángel se hizo una pausa y habló un señor que estuvo presente en el movimiento estudiantil de 1968:

 –Deben de seguir adelante…la estafeta del ’68 la deben de tomar. –Exclamó a través de un megáfono. Este fue uno de los momentos de mayor efervescencia, se repitieron las consignas contra el candidato del PRI y un pequeño sector gritaba “¡Zócalo, Zócalo!”. La marcha tenía nuevo objetivo.
Fue una larga caminata de Reforma a la explanada del Zócalo pero la aglomeración no disminuyó en ningún momento. Es indudable que todos los presentes estaban ahí por convicción, –es difícil que alguien camine varios kilómetros sosteniendo pancartas en el aire y gritando a todo pulmón si no cree en la causa que defiende–, el problema es que cada quien defendía causas distintas. Si bien son legítimos los reclamos de todos los sectores de la población, conforme pasaba el tiempo se iba perdiendo el sentido “estudiantil” del movimiento. La marcha se convirtió en un pretexto para “mentarle la madre” al PRI y a Televisa, y en menor grado a Felipe Calderón (sobre todo de parte de algunos afiliados al Sindicato Mexicano de Electricistas). ¿Valió la pena? Definitivamente sí. El movimiento creció tanto que los medios tuvieron que cambiar –aunque sólo superficialmente– la línea que siguen en la cobertura de eventos políticos. Después de más de una semana del evento en la Ibero, Carlos Loret de Mola dedicó varios minutos en su noticiero matutino a exponer, sin tapujos, lo que sucedió con EPN, y recibió en el estudio a tres estudiantes que estuvieron ahí. Insisto en que estas son oportunidades que deben aprovecharse, creo que el primer paso ya se dio, llamar la atención de la ciudadanía y de los medios. Es esencial evitar que de aquí en más se asocie el #YoSoy132 con la campaña de López Obrador, porque somos muchos los que buscamos imparcialidad en los medios y NO comulgamos con las ideas del candidato de la izquierda. Los organizadores del movimiento entendieron esto y fueron muy claros en el carácter apartidista que lo distingue, es una lástima que algunos, así sean miles, traten de utilizarlo para favorecer a AMLO o insultar a Peña Nieto (Hay mucho material para hacer una crítica fundamentada del PRI y del mexiquense. Los argumentos pesan y duelen más que los insultos).
 Ojalá el movimiento derive en una organización ciudadana que aporte al debate público y esté dispuesta a tolerar o incluso celebrar la crítica en su contra. Concuerdo con León Krauze en que “Toda crítica, incluso la mal intencionada, es constructiva”[1], el movimiento tiene un gran potencial, espero que no se desperdicie.











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1 KRAUZE, León, “Un México mejor”, Sin Embargo, 24 de mayo de 2012, http://www.sinembargo.mx/opinion/24-05-2012/7117

martes, 22 de mayo de 2012

Líderes sindicales


Javier Lozano Alarcón, quien desde que terminó su gestión como secretario del Trabajo ha dedicado mucho de su tiempo al proselitismo “agresivo” –por decir lo menos–, burlándose del candidato Priísta Enrique Peña Nieto en cada oportunidad que tiene, puso de lado los ataques en 140 caracteres y publicó el día de ayer en El Universal un artículo titulado: “La inmaculada autonomía sindical”, en el que critica con argumentos los abusos y privilegios de los líderes sindicales en México. Es evidente que obedece a una estrategia electoral la publicación de un texto así, días después de que el diario Reforma detalló los lujos con los que vive la hija del Secretario General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana –e impulsor de la campaña de EPN–, Carlos Romero Deschamps. Sin embargo, el texto de Lozano vale la pena para entender cómo y por qué los líderes sindicales como Elba Esther Gordillo y el antes mencionado se han enriquecido a costa del país.

La autonomía sindical  –como nos dice Lozano–, es un principio consagrado en la constitución, como parte del artículo 123:

XVI.- TANTO LOS OBREROS COMO LOS EMPRESARIOS TENDRAN DERECHO PARA COALIGARSE EN DEFENSA DE SUS RESPECTIVOS INTERESES, FORMANDO SINDICATOS, ASOCIACIONES PROFESIONALES, ETC.[1]

La Ley Federal del Trabajo publicada en el Diario Oficial de la Federación en 1970, durante el sexenio de Díaz Ordaz, establece en el artículo 359 que:

LOS SINDICATOS TIENEN DERECHO A REDACTAR SUS ESTATUTOS Y REGLAMENTOS, ELEGIR LIBREMENTE A SUS REPRESENTANTES, ORGANIZAR SU ADMINISTRACIÓN Y SUS ACTIVIDADES Y FORMULAR SU PROGRAMA DE ACCIÓN.[2]

Amparados en estos estatutos, dichos líderes han podido perpetuarse en el poder, gestionando a su antojo los recursos con que cuentan los sindicatos. Noticias MVS reveló que en el caso del SNTE de Elba Esther Gordillo, son 6 millones de pesos diarios los que obtiene por concepto de cuotas[3]. Para cambiar esta situación deben promoverse reformas a estos puntos, como se hizo en el año 2010 por parte de Acción Nacional. Dicho proyecto de ley incluía “que la elección de los líderes sindicales sea por el voto secreto y directo de los afiliados, y suprimir la obligación del descuento de cuotas”[4] la reforma en su conjunto fue rechazada por el PRI argumentando que la forma de presentar la iniciativa no fue la indicada. Es evidente que el Revolucionario Institucional hará lo posible por detener cualquier intento de reforma que acote el poder de sus aliados –Romero Deschamps ocupa el séptimo lugar en la lista de plurinominales al Senado por el tricolor– ,está entonces en los otros dos partidos impulsar un proyecto de unidad que por medio de la inclusión de clausulas que modifiquen y transparenten la forma de elección de líderes en los sindicatos, logre limitar el poder y los privilegios de estas personas que lejos de defender los intereses de los trabajadores –razón de ser de los sindicatos–, llevan décadas enriqueciéndose de manera obscena.

Falta claridad de parte de JVM y AMLO en cuanto a la estrategia que llevarán a cabo para modificar la constitución con un congreso desfavorable y plagado de agentes que promueven los intereses de los líderes sindicales. Si no son capaces de delinear un plan que por la vía legislativa modifique los comportamientos antes citados, pecan de ingenuidad, o peor aún, de mentirosos. Sin una agenda de unidad legislativa, las promesas no son más que sueños guajiros y eso, en política, es demagogia.

Debemos estar de acuerdo con Denise Dresser cuando afirma que una de las circunstancias que más dañan a México es el poder de veto que tienen aquellos que aseguran la perpetuación de sus intereses. Este es el primer punto en que deben concentrar su atención quienes de verdad quieran cambiar las cosas, eliminar a los lobbyists de las cámaras, sólo entonces podrán aprobarse reformas que ataquen la corrupción sindical. Prometer lo segundo sin resolver lo primero es simple manipulación.

 




domingo, 13 de mayo de 2012

Peña Nieto en la Ibero II


    El tema de la visita de EPN a la Ibero ha sido muy manoseado estos días y cada quien lo ha utilizado según su conveniencia. Entiendo que así funcionan las cosas en las campañas electorales pero creo que es importante hacer notar que personas que no estuvieron ahí publican opiniones parciales y poco objetivas, incluso ofendiendo a una institución que durante décadas ha destacado por su alto nivel académico y humano. Hoy escribo tras leer a Ricardo Alemán en su columna de Excelsior del 13 de mayo. El texto se titula “Peña y la Ibero”, hace declaraciones como la siguiente:

“universitarios interesados —sean profesores, directivos o estudiantes— se han dado a la tarea de inducir políticamente a estudiantes a los que instruyen con tácticas de odio, irracionalidad, violencia e intolerancia, propias del otrora porro preferido de López Obrador. Nos referimos, claro, a Gerardo Fernández Noroña

    En respuesta quiero abordar el tema desde el aspecto realmente importante, poniendo de lado lo electoral –que es en realidad lo de menos–. Lo que pasó el 11 de mayo en la Ibero es relevante como expresión de descontento en contra de un sistema de justicia que solapa los abusos y violaciones a los derechos humanos, y como muestra de solidaridad de una comunidad crítica y preocupada por su entorno con un grupo menos favorecido. La forma de protestar en algunos momentos no fue la adecuada (ya lo expresé en la entrada anterior) y gracias a algunas personas (seguramente sin consciencia de lo que estaban haciendo), terminó por politizarse el evento. Me refiero a quienes (y reitero, son muy pocos) mostraron carteles del PRD y gritaron consignas a favor de López Obrador. El problema es que al hacer esto permitieron que se le diera un uso electoral a una expresión universitaria que tenía un origen mucho más profundo. La atención de los medios se fijó –por obvias razones de conveniencia– en estas personas y opacó la verdadera intención que era denunciar lo sucedido en Atenco (decenas de  mujeres violadas, 2 jóvenes asesinados y más de 200 detenidos). Al gritar “López Obrador” o “AMLO” le dieron la excusa perfecta a Pedro Joaquin Coldwell (presidente del PRI) y Carolina Viggiano (esposa de Rubén Moreira y diputada de ese partido), ambos presentes ese día en la Ibero, para descalificar lo que sucedió y difundir la hipótesis de que todo fue orquestado por el candidato de izquierda y su movimiento, misma que han adoptado periodistas como Alemán.

    La universidad Iberoamericana es una institución que dedica mucho tiempo y recursos a programas de ayuda y de protección de los derechos humanos. Es una universidad preocupada por los grupos menos favorecidos como las comunidades indígenas o los migrantes. Todo esto, aunado a su carácter humanista, despierta un sentido de responsabilidad en los estudiantes que los hace solidarios con su entorno. Es de la combinación de estos factores que surge el descontento, totalmente fundamentado y respaldado en hechos y cifras, que encontró como catalizador la presencia del candidato priísta. A Enrique Peña Nieto se le increpó por su rol en lo ocurrido en Atenco, no por sus habilidades como administrador o la cantidad de libros que lee, ni se le comparó con el candidato de la izquierda. Es una pena que el verdadero sentido de la expresión, que si se le juzga de la manera adecuada es un admirable acto de empatía y apoyo, se pierda por algo tan banal como la política. No es una derrota para Peña Nieto, ni es un triunfo para López Obrador, es una muestra de que gente que pertenece a un estrato elevado en términos socioeconómicos (La Universidad Iberoamericana es una de las más caras del país), tiene la integridad y calidad humana como para hacer suya una lucha que viven quienes se encuentran en los estratos más bajos.

    Debe celebrarse la labor que llevan a cabo quienes ahí laboran, que le dan un sentido humano a la educación de los líderes de las siguientes generaciones. Y quiero subrayar que en ningún momento, de parte de ningún profesor, directivo o estudiante ha habido “tácticas de odio, irracionalidad, violencia o intolerancia”.

    Como en todas las protestas hubo quienes se dedicaron a hacer ruido por inercia, sin entender en realidad lo que sucedía. Estas personas tomaron actitudes que como he expresado con anterioridad, deben considerarse una falta de respeto: a un invitado, milite en el partido que sea, se le debe agradecer su tiempo y permitirle exponer sobre lo que se le cuestiona. Concedo que se equivocaron en la forma o el momento de protestar pero, de ahí al “odio” hay un largo trecho.

    Lo que debe quedar claro es que las muestras negativas no fueron generalizadas y no tienen por qué empañar la buena intención y comportamiento de los demás, que no hicieron otra cosa que aprovechar un espacio plural para expresarse. Al final cada quien sabe qué hizo y por qué. Para citar a Gabriela Warkentin (directora de comunicación de la UIA): “Quien agrede e insulta sólo se representa a mismo.”


viernes, 11 de mayo de 2012

Peña Nieto en la Ibero


    Hace unas horas, Enrique Peña Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional –en alianza con el Partido Verde– a la presidencia de la república, visitó la Universidad Iberoamericana como parte del ejercicio Buen Ciudadano Ibero.

    La cita era a las 10 de la mañana, a las 9 el auditorio ya estaba lleno. Mientras Peña seguía con Carmen Aristegui, en su primer compromiso de la mañana, en la Ia Ibero ya se podían escuchar consignas tanto en contra como a favor del priísta. Alumnos con cartulinas alusivas a lo ocurrido en Atenco arrancaban aplausos a la inquieta multitud. “Ni un aplauso para este asesino” podía leerse en una pancarta improvisada. No tardaron los “Ectivistas” (grupo de jóvenes que apoyan a EPN) en hacerse notar con gritos de “Peña presidente” mientras repartían sus propias pancartas con el hashtag #contigohastalospinos e intentaban silenciar a los opositores. El auditorio José Sánchez Villaseñor parecía mercado. Se repartían diversos objetos como máscaras (de Carlos Salinas), copetes de plástico y carteles. Afuera se distribuían folletos informativos sobre los abusos y asesinatos de Atenco. Fue alrededor de las 10 con 5 minutos que apareció el invitado de honor. Ataviado en un traje azul marino, luciendo un impecable peinado (que se ha convertido en una especie de trademark), llegó Enrique Peña Nieto. Nuevamente se encendieron las pasiones en ambos bandos y comenzó la guerra de las consignas, guerra que dominaron en un principio los Ectivistas, mucho mejor organizados, pero que rápidamente se inclinó hacia el otro lado. Tras una breve apología de la democracia y un repaso a su propuesta educativa, Peña se dispuso a contestar preguntas del público. La mayoría de las preguntas tenían como objetivo, más que aclarar dudas, hacer tropezar al candidato estrella del PRI. Incluyeron temas como la deuda de Coahuila, la alarmante tasa de feminicidios en el Estado de México o la relación con Elba Esther Gordillo. Como buen político, Peña Nieto logró evadir los cuestionamientos difíciles y salió bien librado de las cinco rondas de preguntas. Se le podrá criticar su falta de cultura pero en lo que toca a la evasión, el uso del lenguaje corporal y la templanza ante los ataques, Peña es tan bueno como el resto de los aspirantes a la presidencia, o quizás mejor.  A fin de cuentas fue casi hora y media de discurso –interrumpido a momentos por gritos y descalificaciones– pero nada de substancia. No hubo de parte del mexiquense ninguna propuesta concreta. Adiestrado en el arte de la demagogia, dejó fuera los cómos de sus promesas de campaña y se limitó a enumerar logros de su administración como gobernador del Estado de México. Cuando se anunció que el encuentro había concluido y Peña pensó que lo peor había pasado, se topó con más de mil estudiantes indignados y combativos que lo esperaban afuera. Salió, junto con su séquito de guardaespaldas, por la puerta trasera. El intento de evadir a quienes esperaban una posibilidad de increparlo por su rol en la matanza de Atenco resultó inútil. Tuvo que enfrentarse a las consignas universitarias, le gritaban “cobarde” y coreaban “Peña, la Ibero no te quiere” mientras buscaban detener su avance. Fue gracias a una veintena de guardaespaldas que logró acceder al edificio donde se encuentra la estación de radio –donde tenía pactada una entrevista–. Estuvo ahí más de media hora, a fin de cuentas no ingresó a la cabina y emprendió la retirada con el ejército de guaruras que lo acompañaban. Tuvo que rodear el edificio y pasar cerca de donde un grupo de niñas vestidas de blanco sostenían, sobre una fuente teñida de rojo, una manta con la leyenda: “Todxs somos Atenco”. Finalmente, el repudiado candidato llegó a su transporte –una de tres Suburban negras–, y se retiró mientras en la Ibero se entonaba al unísono “Se ve, se nota, su cola de ratota”, entre otras expresiones.

    Ha habido mucha confusión con respecto al origen de los opositores del candidato, lo que es seguro es que el acceso a la universidad está limitado a estudiantes con credencial. No pueden acceder personas externas; agitadores, porros, etc. A decenas de personas (vecinos de Cuajimalpa) que también buscaban protestar contra el priísta se les negó el acceso y tuvieron que permanecer fuera de las instalaciones. Para bien o para mal, lo que se vio en la universidad el día de hoy es el sentir de esa comunidad, sin influencias externas.


     Puede argumentarse que hubo expresiones irrespetuosas en contra del candidato tricolor dentro del auditorio, mismas que no tienen cabida en un espacio universitario. Y es que más allá de afiliaciones políticas, El Buen Ciudadano Ibero es un encuentro académico y plural (así ha sido con todos los candidatos), no es aceptable que se le interrumpa a un invitado mientras responde preguntas de la comunidad universitaria. Sin embargo, el ambiente que se gestó fuera del recinto es otra historia, lo ahí expresado demuestra la buena preparación de los estudiantes y su interés por temas políticos e históricos. Ninguno de los reclamos que expresaron carece de sustento, invito al lector a investigar un poco sobre lo ocurrido en Atenco, el índice de feminicidios del estado que gobernó Peña, su relación con Arturo Montiel, etc. La Ibero tiene un perfil humanista y crítico. Lo ocurrido hoy es muestra cabal de esta condición y debe celebrarse. Esta institución es un referente en lo que a libertad de expresión se refiere. Más allá de la corriente o partido con que se identifique cada quien, debemos entender encuentros como éste –donde existe oposición y crítica– como parte esencial de la democracia. Este tipo de ejercicios resultan mucho más ilustrativos e interesantes que los espectaculares, pendones, anuncios radiofónicos y spots televisivos con los que nos inundan los candidatos (todos). El acercamiento con la gente es lo que vale y nunca debe menoscabarse la libertad de expresión, le duela a quien le duela.