miércoles, 14 de agosto de 2013

Iniciativa de reforma energética


El Presidente Peña Nieto presentó el lunes su iniciativa de reforma energética que, como era de esperarse, es un punto medio entre lo que presentó Acción Nacional hace unas semanas y lo que ha venido diciendo la izquierda en los últimos años. El PRD presentará su iniciativa la próxima semana pero no se necesita ser adivino para saber que de inversión privada no habrá nada.

La propuesta del Presidente contempla cambios a los artículos 27 y 28 de la Constitución para retomar “palabra por palabra” las reformas del General Lázaro Cárdenas (guiño a los perredistas más moderados y a la corriente de izquierda dentro del mismo PRI) permitiendo así la participación de la iniciativa privada en toda la cadena de valor de los hidrocarburos en los términos que al Estado convenga.

Fragmento de la redacción actual del artículo 27 constitucional:

“TRATANDOSE DEL PETROLEO Y DE LOS CARBUROS DE HIDROGENO SOLIDOS, LIQUIDOS O GASEOSOS O DE MINERALES RADIOACTIVOS, NO SE OTORGARAN CONCESIONES NI CONTRATOS, NI SUBSISTIRAN LOS QUE EN SU CASO SE HAYAN OTORGADO” [1]

Aquí la redacción del párrafo sexto del artículo 27 publicado en el Diario Oficial de la Federación el 9 de noviembre de 1940 y que estuvo vigente hasta 1960:

“Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos no se expedirán concesiones y la Ley Reglamentaria respectiva determinará la forma en que la Nación llevará a cabo las explotaciones de esos productos.” [2]

Se pretende retomar esta redacción para permitir al Estado celebrar contratos (no otorgar concesiones) con particulares para la extracción de gas y petróleo.

El otro artículo que la iniciativa pretende reformar es el 28, la modificación que se propone permitirá la participación del sector privado en el resto de la cadena de valor, particularmente lo tocante a la petroquímica. Este artículo denomina a la petroquímica básica como “área estratégica del Estado” por tanto cerrada a la participación de privados, al sustraer de dicha clasificación todo lo referente al procesamiento de gas natural, la refinación del petróleo, así como el transporte, almacenamiento, distribución y comercialización de dichos productos y sus derivados, podrá haber participación de capital privado también en estos sectores.

La figura jurídica que el gobierno propone son los “contratos de utilidad compartida”. La palabra clave aquí es utilidad, países como Brasil y Colombia emplean tres modalidades de contratos con particulares, de producción compartida, de concesiones y de utilidad compartida. La principal diferencia entre estas es que la última modalidad es la única que garantiza que el Estado sea el único dueño del petróleo durante todo el proceso, los particulares reciben un margen de las utilidades tras la venta del petróleo pero nunca tienen derechos sobre éste, se les paga en efectivo, no en especie. Esta modalidad permite al Estado tener más control sobre los hidrocarburos al tiempo que comparte el riesgo con los particulares. Es importante destacar en qué consiste este “riesgo”. Abrir un pozo en aguas profundas (donde puede haber o no petróleo, el porcentaje de éxito es de menos de 50%) tiene un costo de alrededor de 200 millones de dólares. Actualmente PEMEX es quien asume este riesgo, permitir la entrada de inversión privada aligerará la carga para la paraestatal permitiéndole explotar más, incrementando su producción y aumentando así la renta petrolera.

Queda la impresión de que el Presidente podría haber arriesgado más con esta iniciativa, si bien es un gran avance para México y pone sobre la mesa un tema que históricamente ha sido tabú para los mexicanos, podría haber incorporado otras modalidades de asociación con particulares así como modificaciones al Consejo de Administración de PEMEX que actualmente incluye a cinco miembros del sindicato petrolero, agrupación presidida por el infame Carlos Romero Deschamps.

Lo bueno: la apertura de PEMEX a la inversión privada.

Lo malo: en todo el documento no se menciona la palabra corrupción. PEMEX está sobresaturada, mal administrada y subyugada por el sindicato. Ni Shell ni Exxon ni ninguna otra van a venir a resolver eso por nosotros, eso le toca al gobierno.

 



[1] Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/28.htm?s=
 
[2] Iniciativa de decreto por el que se reforman los artículos 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, http://presidencia.gob.mx/reformaenergetica/assets/descargas/Reforma_Energetica.pdf?d5cae4a308cdfb6f9d16325c3162697d