jueves, 20 de octubre de 2011

El Tea Party vs Darwin

  No fue sino hasta que el Tea Party (fracción ultraconservadora del partido republicano) adquirió un peso político considerable y una enorme popularidad que noté lo encarnecido de un debate que desafía el sentido común.  Existen quienes (y cito textualmente) “No creen en la evolución” y son de la idea de que a los niños se les debe enseñar el creacionismo (interpretación literal de la biblia) en las escuelas. Para dejarlo claro: según estos individuos la tierra fue creada en seis días por Dios hace no más de 10,000 años.

  El problema no es que haya gente que crea en el mito de la creación divina, el problema es querer mezclar teología con política. Las convicciones e interpretaciones personales de un gobernante invariablemente tendrán un impacto en su gestión. Una persona que es incapaz o simplemente no está dispuesta a aceptar datos científicos comprobables, no es compatible con la administración pública, la cual depende de procesos lógicos y racionales.


  La religión es algo que se promueve y se enseña en casa y en los templos, no debe inmiscuirse en asuntos que le competen al Estado como el sistema educativo y su organización.

  Rick Perry, Michelle Bachmann y Mitt Romney son algunos de los posibles candidatos del  partido republicano para la elección del 2012 que preferirían hacer a un lado el trabajo más representativo de Charles Darwin.


A continuación un ejemplo del alcance de este debate en E.U.

http://www.youtube.com/watch?v=cBPNhSVr2Tw&feature=related

  Si bien estas señoritas no son reconocidas por su capacidad intelectual, sin duda representan el sentir de mucha gente en ese país, incluso si han sido preparadas a priori para la pregunta porque eso implica que lo “políticamente correcto” en E.U. es cuando menos dudar si la evolución debería formar parte de los cursos de biología en la nación más poderosa del planeta.

ADDENDUM:


  Algunas frases pecan de falta de especificidad y están por ende sujetas a interpretaciones negativas en contra de grupos religiosos moderados.

  Creo que quien ostenta un cargo de elección popular debe  aceptar aquello que la ciencia ha comprobado, por lo menos hasta que exista evidencia en contra. Sobre todo sabiéndose representante de una nación. Sus iniciativas y propuestas deben ser moderadas de manera que represente efectivamente a la mayoría de sus electores, sin importar con qué grupo se identifique más.  Esto con respecto a quienes tienen una responsabilidad contraída con el Estado.
 
  Existen afortunadamente líderes de opinión que al no estar sujetos a la responsabilidad de representar a otros, son capaces de conciliar diversas corrientes de pensamiento y atar cabos entre lo tangible y lo etéreo. Esa es la gente que mueve al mundo y que genera aportaciones trascendentales. La razón por la que estos individuos no suelen participar del juego político es precisamente su congruencia y desdén por verse enjaulados en una corriente. La gente que verdaderamente vale la pena –y ahí entran todos credos y afiliaciones- está en las universidades dando cátedra o realizando investigaciones que van desde las ciencias puras como las matemáticas hasta la teología.
Definitivamente pueden coincidir lo material y lo espiritual.















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