lunes, 24 de octubre de 2011

Participación ciudadana

 Sabemos que si la democracia no es una panacea, sí es el régimen de gobierno que garantiza mejor los derechos de los ciudadanos en un clima de libertad y que permite que las diversas ideas se presenten sin riesgo de romper el todo social.– Samuel Aguilar Solís

  Exceptuando a quienes se autodenominan apáticos y desinteresados por la política –que son cada vez menos (sobre todo a menos de un año de las elecciones federales) – todos tenemos una opinión cuando de gobierno se trata. Afortunadamente en este país no se ha perdido el gusto por el análisis político y la mayoría de quienes componen el padrón electoral discuten con cierta regularidad temas relacionados con la administración pública y los encargados de la misma. Todo esto suena muy bien, propio de una democracia efectiva, sin embargo hay dos problemas esenciales que nos alejan de un ejercicio democrático adecuado.

  El primero tiene que ver con el contenido y la profundidad del análisis del ciudadano promedio. Que la discusión gire en torno a la novia hondureña de Marcelo Ebrard o los productos para el cabello que utiliza Peña Nieto es tan banal como tomar partido de manera pasional, sin argumentos. El primer reto es estar informado, es incongruente exigir y criticar a quienes ostentan el poder sin siquiera saber qué están haciendo y cómo. Vivimos en la era de la información, comprender los procesos y conocer a los actores políticos es tan sencillo como acceder a los portales de las distintas dependencias gubernamentales. En el sitio de la cámara de diputados se puede conocer a los representantes de cada distrito o circunscripción así como sus proposiciones y asistencias. De los 500 que componen la cámara, 300 fueron elegidos de manera directa con el voto de todos nosotros. Es importante saber qué están haciendo quienes la ciudadanía eligió como representantes.

  El segundo problema es la falta de participación, existe la figura del plebiscito en México así como el referéndum que permiten a través de consultas ciudadanas la participación directa en la toma de decisiones. Es irresponsable involucrarse a medias, poniendo de lado las obligaciones que se tienen como ciudadano en un gobierno democrático. La participación constante de los individuos en la vida política es conditio sine qua non para el funcionamiento de una democracia.
¿Cómo exigir resultados si no cumplimos nuestra parte? Las obligaciones del electorado no terminan al depositar su voto en las urnas, es un ejercicio permanente y a la vez un derecho al que renuncia la mayoría.

  A México le tomó mucho tiempo llegar a este punto. Hoy tenemos una democracia que aunque no es perfecta y tiene vicios, funciona. Hay alternancia y puentes institucionales entre ciudadanos y representantes. No releguemos el debate político a la sobremesa, hay que aprovechar estas oportunidades. Nadie sabe lo que tiene…
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http://sitl.diputados.gob.mx/LXI_leg/info_diputados.php


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